La educación para un niño es imprescindible e importante para los padres de familia, pero algo que pasa desapercibido por casi la mayoría de ellos es la inteligencia emocional.
¿Qué es la inteligencia emocional? Se debe entender como la enseñanza de los problemas que enfrentará a lo largo de su vida de la manera adecuada, esto tendrá beneficios tanto para su niñez como su vida adulta, adquiriendo las habilidades y las herramientas esenciales para su vida y vivir en armonía con la sociedad.
Como cualquier otro aprendizaje, las emociones determinarán nuestro modo de actuar en la sociedad. Existen tres elementos que hay que tomar en cuenta: Emoción, pensamiento y acción, estos están presentes en nuestro día a día.
Como ya se ha estipulado mediante estudios, en la etapa de la infancia es cuando mejor se absorben los conocimientos adquiridos y que mejor momento que inculcar la inteligencia emocional en los niños durante esa etapa.
Si para un adulto es difícil poder controlar sus emociones debido a las diferentes situaciones por las que pasamos, para los niños puede resultar incluso más difícil debido a su inexperiencia con la vida, ocasionalmente nos podemos encontrar con niños con un control emocional nulo, se muestran bastante irritantes y molestos para la sociedad, debido a que nunca se le ha puesto un alto y están acostumbrados a que se les permita todo.
Los niños deben aprender a controlar sus emociones agresivas. En lo que debemos trabajar con los niños, sobre todo las conductas agresivas son en controlarlas aquellas emociones, emplear algún castigo suele no ser demasiado efectivo, ya que no procesarán a detalle sus conductas. En cambio, hacerles reflexionar sobre su conducta de manera objetiva y efectiva, generará un cambio emocional en el niño.
¿Cómo educar la inteligencia emocional de un niño?
- Enséñales a como tolerar la frustración y como diferenciarla, esto para que logren reconocer sus diferentes estados de ánimo, hay que enseñarles el nombre de cada emociona y como se diferencian.
- Tener buena comunicación con tus hijos y sentarte a platicar con ellos de vez en cuando o cuando notes algún cambio emocional en el niño.
- Inculcar empatía en su día a día para lograr que se pueda meter en los zapatos de otra persona y lograr comprender la situación que se encuentra cada persona.
Otra cosa que no hay de dejar a un lado es no reprimir algún sentimiento o algún comentario que quiera compartir el niño, ya que así generará más confianza en poder compartir sus ideas, sus inquietudes, sentimientos, compartir problemas, y como padres de familia hay brindarles atención, darle algún consejo, un abrazo de vez en cuando para que sienta afecto y cariño por parte de sus padres, eso también ayuda mucho en su emoción